Compartir

1) Es solo para relajarse y es solo para mujeres

Uno de los errores más comunes es pensar que el yoga simplemente sirve para relajarse. Esa es sólo una parte de esta ciencia milenaria que permite recargarnos físicamente, despertar, remover bloqueos, activar la intuición, empoderarse, mejorar en la toma de decisiones, aprender a amarse a uno mismo, compartir, formar grupo, vivir en empatía o integrar todo aquello que tanto la vida como nuestra personalidad nos ofrece.

Otro prejuicio establecido es creer que el yoga es una práctica de mujeres. La cultura del body building ha forjado hombres hipermusculados que al enfrentarse al yoga sucumben. En yoga, moldeando el cuerpo, logramos una mente flexible que se adapta al cambio. Esto nos permite enfrentarnos a la vida de otro modo. Asimismo, el yoga conduce a altos estados meditativos donde desde una profunda concentración, aprendemos a unir la conciencia del todo universal que nos envuelve con nuestro ser interior. 

2) El yoga es solo para personas flexibles

Otro de los prejuicios más comunes es que solamente pueden practicar yoga las personas flexibles. Al contrario de lo que la gente piensa, trabajando con el cuerpo en esta disciplina se puede conseguir que el cuerpo adquiera la flexibilidad que necesitas, y que se pueda ir avanzando hacia tipos de yoga más complejos que requieran un nivel de flexibilidad más avanzado.

Hay varios tipos de yoga, y cada uno potencia unos beneficios y tiene más o menos una complejidad. Por eso, a la hora de iniciarse con esta disciplina resulta muy útil hacer un poco de investigación sobre qué tipo de yoga se adapta mejor a la flexibilidad actual de cada cuerpo.

3) El yoga es una religión

El yoga no es una religión sino una práctica, estilo de vida o filosofía que está vinculada a distintas vías místicas o espirituales desde su origen. Se forjó hace más de cuatro mil años, en el contexto de la antigua civilización del valle del Indo (actual India y Pakistán). La primera imagen de un yogui sentado en flor de loto aparece en las ruinas de Mohenjo-Daro (2500 a.C.), representando al dios Shiva.

Los difusores del yoga fueron mayormente ascetas, retirados en bosques y cuevas. Los Upanishads (libros sagrados hinduistas) se componen de una gran cantidad de versos que recogen diversas filosofías próximas al yoga. En ellos se habla de vivir en una falsa realidad y en la insatisfacción del apego. El yoga se plantea como una de las vías de liberación, con una práctica que nos lleva al conocimiento de nuestra verdadera naturaleza espiritual. Una práctica que el budismo también haría suya.

4) Tipos de yoga: mucho más allá de los ejercicios posturales y físicos

Hay muchos tipos de yoga, pero la base de su filosofía y práctica las comprende a todas. Swami Vivekananda, uno de los primeros impulsores del yoga establece la división clásica, que a continuación se explicará. Karma yoga es el yoga de la acción. El Bhakti yoga se basa en la devoción y el Raj yoga busca el desarrollo completo de la identidad personal desde el control de la mente y los sentidos. El Jnana yoga parte del estudio de los textos tradicionales y el Dhyana yoga se centra en la meditación.

Más allá de esta clasificación tradicional, lo que nos ha llegado a nosotros mayormente es la base del Hatha yoga postural y físico. No por ello hemos de pensar que el yoga es sólo físico, dado que las posturas son sólo una preparación para la meditación final. Pero hoy en día la mayoría de los centros imparten Hatha yoga postural. Existen adaptaciones contemporáneas como el Bikram, que se practica a alta temperatura para elongar los músculos; reinterpretaciones como el Ashtanga Vinyasa postural; el relajante yoga Nidra o del sueño; el Dru yoga (energy block release) cercano al taichí; o el enérgico Kundalini, que emerge como última moda por su capacidad de desbloquear la mente y el cuerpo.

Más allá de las etiquetas, la práctica del yoga en cualquiera de sus formas implica una voluntad de fusionar cuerpo, mente y alma. Una interiorización meditativa que empieza en el cuerpo para acabar incidiendo en la mente y nuestro estado de ánimo.

5) Con el yoga no se adelgaza

Existen tipos de yoga bastante duros que ponen nuestro cuerpo a punto porque son muy exigentes con el esfuerzo físico que te requieren. El ya mencionada Vinyasa yoga consiste en la coordinación del cuerpo y de la respiración bajo un trabajo físico perfectamente indicado para perder de peso, pues se trata de un ejercicio aeróbico.

Además, como se ha explicado anteriormente, el Bikram yoga se realiza en una sala especial con una alta temperatura, llegando a los 42ºC y un nivel de humedad muy por encima de lo habitual. Esto hace que la frecuencia cardiaca sea mayor, por lo que además de poner a prueba el organismo con el propio ejercicio físico de un yoga muy exigente, se estará intensificando la sudoración y la aceleración del pulso. Sin embargo, no se corre peligro con el yoga, ya que las posturas tienden a la búsqueda de un equilibrio integral.

Fuente: La Vanguardia, HOLA.

Para no perderte ninguna publicación síguenos en nuestras redes sociales: