Querer llevar una vida más sana, empezar a hacer ejercicio, comer más sano, controlar mejor el estrés y dejar de hacer cosas que no benefician a tu organismo, probablemente sean cosas que hemos escuchado en incontables ocasiones.
Para poder llevar a la práctica esto, se tiene en cuenta la importancia de tener unos buenos hábitos saludables. Así como también hemos escuchado la infinidad de tips para poder desarrollar estos hábitos. Y la verdad es que no siempre resultan ¿verdad? Pero no nos desesperemos. Según los expertos, el modelo para cambiar y crear hábitos puede ser más sencillo de lo que parece. La clave no consiste en visualizar y concebir el objetivo final, sino las acciones y el comportamiento que nos llevara a conseguir lo que queremos.
Para ello comenzaremos explicando que es un hábito. Un hábito es una actividad que se repite muchas veces hasta que se realiza de forma automática e inconscientemente, pero que fue decidida conscientemente el día en que decidimos crearlo. El hábito saludable es aquel que en su repetición aporta bienestar físico, mental y emocional en nuestra vida cotidiana.
Si nos hace tan bien ¿Por qué no podemos sostenerlo? Lo que sucede es que muchas veces el cómo llegamos a constituir el hábito es lo que no nos permite sostenerlo en el tiempo. Porque si bien el objetivo es el sentirnos mejor, el camino a esto es igual de importante para no llegar desgastados emocionalmente; que es lo que muchas veces nos hace abandonar.
Por ello, para evitar ese desgaste emocional que nos impide muchas veces instaurar hábitos saludables, os propongo los siguientes pasos:
- Empezar poco a poco, definir lo que queremos y tener clara la meta: el primer paso será descubrir cuales son los hábitos que queremos mantener, teniendo claros nuestros objetivos ya que es esencial tener claro el propósito; sin este, no hay motivación para construir el camino.
- Definir un plan: una vez tengamos los objetivos claros, tenemos que definir un plan con acciones realistas. Centrarnos en pequeños pasos para hacer y repetirlos para conseguir los objetivos.
Somos débiles así que no tentemos a la suerte ya que en cualquier momento pueden aparecer las excusas y obstáculos. Para poder evitarlos será necesario identificarlos y minimízalos a través de tácticas. Los contratiempos también suelen aparecer, como saltarse la rutina, por lo que intentar volver al plan tan rápido como sea posible será necesario para así no romper el hábito.
- Ponernos recordatorios y avisos: es una manera para poder recordar los hábitos ya que de nada sirve constituir y planear nuevos propósitos y visualizarlos si luego en el día a día no nos acordamos de hacerlo.
- Tomarnos un respiro controlando y analizando el progreso: reservando tiempo cada semana para la relajación y reflexión para revisar los progresos que vayamos haciendo. Puede ser de ayuda anotar en una libreta los logros o, si hemos fallado, cuáles son los motivos para evitar que no vuelva a pasar. Si cada semana vamos mejorando quizás podamos pasar al siguiente nivel. Obviamente no nos olvidemos de la positividad, la gratitud de recompensar el cuerpo y la mente por todo lo que nos permiten hacer.
En este tiempo de pausa y control podemos dar un paseo relajante, leer, darnos masajes, ir a yoga, etc. Usar ese tiempo para recuperarnos y así estar listos para otra semana de bienestar.
- Celebrar los logros: valorar mucho los días en los que nos haya ido muy bien y celébralo nos dará ánimos para continuar. Es muy importante mantenernos motivados.
Los pequeños cambios pueden suponer una gran diferencia en cómo nos sentimos cada día; poner en práctica estos 5 consejos para integrar algunos hábitos saludables nos hará darnos cuenta de que no solo estamos creando hábitos saludables, sino que también estamos eliminado algunos negativos de nuestra vida. Ser constante nos ayudara a conseguir centrarnos en los objetivos y recordemos que el fracaso no existe.
«¡Ánimo y a crear nuevos hábitos!»
Estos son algunos ejemplos de hábitos saludables.
- Vivir el presente: muchos de los problemas que se nos presentan en el día a día son consecuencia de nuestra percepción equivocada de lo que nos ocurre. Ver los fracasos como oportunidades de crecimiento nos pueden ayudar a enfrentar mejor los problemas. Es habitual pensar y estar pendientes del futuro eso nos hace infelices sin darnos cuenta. Vivir el presente y disfrutar de él es cuestión de mentalidad. Y esta mentalidad es necesaria si queremos ser felices y disfrutar del momento a tope.
- Invertir tiempo por la mañana para meditar y dar gracias: empezar el día para reflexionar y agradecer es mostrar gratitud con lo que tendremos más energía para poder afrontar el nuevo día.
- Tener una dieta equilibrada: 5 frutas, 5 comidas, 3 tazas de té y 2 litros de agua es lo más sano y recomendable. Así como iniciar el día con un buen desayuno saludable basándolo según las necesidades de cada cuerpo, generalmente rico en proteína y grasas saludables ya que eso llena de energía.
- Dormir al menos 8 horas cada noche: es necesario descansar, porque el descanso es salud.
- Leer como si no hubiera un mañana: la lectura es uno de esos placeres de la vida que lo tiene todo, ya que nos culturiza, nos abre una ventana a nuevos mundos y nos ayuda comprendernos mejor a nosotros mismos.
- Practicar ejercicio, al menos una hora diaria: nos aporta beneficios a nivel físico y fisiológicos, como combatir el estrés, ansiedad, mejora de autoestima y memoria, etc. No solo el salir a correr o el gimnasio son las únicas opciones. También podemos hacer yoga ya que mejora nuestro bienestar físico y emocional.
- 7 minutos de risa: ayuda a que nuestro sistema inmunológico sea más fuerte y seamos menos propensos a enfermarnos.
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