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Practicado por millones de personas en todo el mundo, esta disciplina basada en antiguas tradiciones que podría haberse empezado a practicarse hace más de 5000 años, es más multicultural y cambiante de lo que se piensa.

Y es que el yoga ‘físico y postural’ que practicamos en occidente dista bastante de su origen en la India, mucho más meditativo. Porque según los textos antiguos las asanas o posturas (lo que nos hemos quedado mayoritariamente en nuestra cultura), se limitaban antiguamente a cuatro o cinco asanas sentados para preparar nuestro cuerpo físico a la meditación, el proceso y objetivo clásico del yoga: alcanzar el Samādhi o estado de contemplación en el que se siente alcanzar la unidad con lo divino. Su objetivo en líneas generales sigue siendo la búsqueda de bienestar, salud y plenitud.

Como ves este fin último es compartido con religiones como el hinduismo, el budismo o el jainismo, pero el yoga, a pesar de compartir muchos elementos con las religiones, no es para nada una religión.

 

El Yoga en la antigüedad

Aunque esta disciplina que prepara el cuerpo físico y vital para el Raja Yoga o meditación fue constituida y unificada por los tantras hinduistas en la Edad Media, encontramos referencias en siglo III a.C en sellos de arcilla de ciudades del Valle del Indo con personas sentadas en postura de meditación.

Las enseñanzas de este período, transmitidas mediante himnos escritos, se caracterizan por los rituales y las ceremonias que ayudaban al practicante a llegar más allá de los límites de la conciencia. Los gurús de este periodo enseñaban a la gente común a vivir en armonía divina.

La palabra asana, haciendo referencia a “postura sentada estable y cómoda” aparece en textos antiguos, y en el siglo II d.C Patanjali recoge en sus Yogasutras la práctica del asana como uno de los 8 pasos para conseguir el Samadhi.

 

El Yoga en el medievo

El origen del Hatha Yoga está estrechamente relacionado con el tantrismo, que surge como una revolución espiritual de búsqueda de la verdad. Sus seguidores daban prioridad a la experiencia espiritual y conocimiento directo frente a los dogmas que imponían los brahmanes de la India.

Desarrollaban prácticas de austeridad y técnicas de “alquimia interior” buscando la inmortalidad física (asanas, bhandas, pranayama o técnicas de respiración, kriyas o de higienización y mudras). Es lo que podemos considerar el nacimiento del Hatha Yoga como sistema.

 

El Yoga Post-Clásico (siglos XVIII, XIX y XX)

En Europa se supo de la existencia del yoga desde los tiempos de la colonización de la India por Gran Bretaña (a finales del siglo XVIII). Pero solo finales del siglo XIX el yoga llegó a popularizarse gracias al yogui Vivekananda, considerado el primer “misionero” hindú.

Los discípulos de esta práctica del Hatha Yoga, todavía muy limitada en algunas zonas de la india: B.K.S. Iyengar (que adaptó el yoga a la mentalidad occidental), Maharishi Mahesh (popularizó la meditación trascendental) o Swami Sachchidanand (que presentó el canto ritual y el yoga en el festival pacifista de rock en Woodstock), introdujeron el Yoga en EEUU a mediados del siglo XX, donde desde los años 30 ya había un interés por la salud integral que catapultó el desarrollo de los yogas físicos.

Actualmente hay más de 200 formas diferentes de práctica de este tipo de yoga, todas ellas muy válidas en el trabajo del cuerpo orgánico/físico.

 

El Yoga en la actualidad

Como vemos, el yoga ha ido cambiando y evolucionando desde sus orígenes hasta nuestros días. Nosotras defendemos y reconocemos esta evolución y adaptación a nuestros tiempos y necesidades. Esta conexión con la ‘Divinidad’, con el Yo Superior, de manera espontánea y objetivo final de todo Yoga se debe mantener, pero desde una perspectiva menos individualista. No buscamos retirarnos a una cueva a meditar para alcanzar el estado superior sino conseguirlo en nuestro día a día y en comunidad, trasladando los beneficios a nuestro entorno.

La India se convirtió en el centro mundial del yoga. Y el 11 diciembre 2014, las Naciones Unidas proclamaron el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga. Así el yoga se ha extendido hoy en día por todo el planeta.

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