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La clase empieza y todos los participantes se acomodan en la postura de la flor de loto sin ningún tipo de esfuerzo, pero tú sientes que, si empujas un poco más, te vas a romper debido a que tus articulaciones están haciendo tope, por lo que no consigues estar relajado. Esto puede llegar a desanimar por no poder hacer las posturas más básicas. No obstante, el yoga trata de ser constante y paciente, ya que con la experiencia irás consiguiendo poco a poco la flexibilidad junto con la salud mental que proporciona esta práctica. Es por ello que hoy te explicaremos cómo disfrutar del Yoga si tu flexibilidad es limitada. 

¿Cuál es la razón por la que no puedo sentarme con las piernas cruzadas?

La verdad es que no se trata de ningún problema, sino que cada persona es diferente, ya que cuando somos pequeños adoptamos posturas distintas en las que unos se sientan con las piernas cruzadas y otros en W (el culo apoyado en el suelo y las piernas rotadas hacia fuera, una a cada lado), siendo esta última perjudicial tanto para la espalda como para la cadera a futuro.

Sin embargo, la fisiología individual y los hábitos adquiridos durante la infancia son solo una parte del puzle. Mantener un estilo de vida sedentario también limita tu flexibilidad.

La falta de flexibilidad o dolores musculares se debe en gran parte a los hábitos individuales de cada uno. Por ejemplo, si pasas mucho rato sentado, tus articulaciones no se moverán tanto como es debido, perjudicando el movimiento. La parte buena es que la tensión muscular proviene del estilo de vida de las personas, por lo que se puede revertir con estiramientos y más actividad física.

¿Qué ejercicios son recomendables para adaptarse a la postura de la flor de loto?

La acción más importante es reducir el tiempo que pasas sentado. La mejor opción es levantarse y caminar una media de 20 o 30 minutos cambiando también la postura que adoptas en la silla. Además, una buena postura para estirar las articulaciones de la cadera es la mariposa, que consiste en juntar las plantas de los pies con las rodillas extendidas hacia fuera formando las alas de una mariposa. Si puedes, inclínate hacia delante para un mayor estiramiento.

Si aún te cuesta, realiza las adaptaciones que se adecúen a ti.

Cuando vayas a realizar la postura de la flor de loto, la cadera debe quedar más alta que las rodillas. Si esto te resulta molesto, prueba a colocarte un bloque bajo los huesos de las nalgas. Si no tienes un bloque, también sirve una pila de cojines.

Si sigues sin sentirte a gusto, elimina la postura de tu rutina.

No te fuerces si no consigues recuperar la flexibilidad con los consejos anteriores. No todas las posturas son para todo el mundo y el yoga es una herramienta para desestresarte. No te frustres ni te avergüences si no sigues la clase al pie de la letra, ya que cada persona tiene sus adaptaciones para conseguir relajarse y sacará provecho del yoga.

Como dato curioso tenemos la llamada “Postura Fácil” (Sukhasana) para cualquier postura con las piernas cruzadas. Este adjetivo “fácil” hace referencia a cualquier forma en la que puedas sentarte de forma cómoda y disfrutar del yoga. Recuerda que el yoga es una práctica que todo el mundo puede realizar y en la que cada uno utiliza las adaptaciones necesarias para su disfrute.

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